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sábado, 23 de julio de 2011

El rugido de Meurice

In memoriam de Pedro Meurice Estiú
Arzobispo emérito de Santiago de Cuba

A Monseñor Pedro Meurice Estiú le decían “el león del Oriente” por su valor más que probado ante las arbitrariedades y los autoritarismos. Aquel 24 de enero de 1998, en la plaza Antonio Maceo de Santiago de Cuba, su semblante estaba serio, ensimismado. El Papa Juan Pablo II acababa de terminar la homilía y el Arzobispo de Santiago de Cuba iba a dirigirse a su rebaño y al Pastor que había venido a visitarlo. Antes de subir al estrado, Meurice habló con el sacerdote José Conrado Rodríguez Alegre y le dijo: “este león ya está viejo y con la melena despeluzada, pero rugirá”. Tomó el micrófono y cumplió su palabra.



Frente a los sorprendidos santiagueros allí congregados y para quienes veíamos la transmisión en directo por la televisión, la alocución de Meurice parecía interpretar nuestro pensamiento, brotar de nuestra propia boca. “Santo Padre… le presento a un número creciente de cubanos que han confundido la Patria con un partido, la nación con el proceso histórico que hemos vivido en las últimas décadas, y la cultura con una ideología”. Y del lado de acá de las pantallas, muchos no parábamos de aplaudir, llorar, saltar, mirar la cara entre anonadada y molesta de Raúl Castro que estaba al pie de la tribuna. Nunca nadie le había dicho al ministro de las Fuerzas Armadas -en público y ante tantos testigos- verdades de esa naturaleza. Algunos escapaban asustados de aquella inmensa plazoleta, pero otros –los más audaces- coreaban la palabra “Libertad”.

“Este es un pueblo que tiene la riqueza de la alegría y la pobreza material que lo entristece y agobia, casi hasta no dejarlo ver más allá de la inmediata subsistencia”, seguía rugiendo el león. Y en nuestra aletargada conciencia cívica algo comenzaba a desperezarse. Meurice estaba de vuelta a sus años de mayor vitalidad y las espadas que surgen del suelo en aquella Plaza, nos echaban en cara la rebeldía perdida en algún recoveco de la historia. Por unos breves minutos, fuimos libres. La homilía terminó; el gesto adusto de nuestro actual presidente presagiaba regaños para el viejo león, pero el cayado de Juan Pablo II lo protegería.

Hoy, Pedro Meurice se nos ha ido con su hidalguía de felino guardián de la camada, dejándonos con la responsabilidad de presentarnos a nosotros mismos ante el mundo. ¿De qué manera nos vamos a describir ahora? ¿Quién va creernos que 13 años después no hemos podido aún “desmitificar los falsos mesianismos”? ¿Cómo explicar que el miedo nos ha llevado a la parálisis, a seguir esperando que sean otros los que rujan por nosotros?

www.generaciony www.desdecuba.com

martes, 28 de junio de 2011

Los Dichos de Américo Ghioldi en " La Vanguardia"-1955-



A modo de conclusión
Desde la aparición misma de Juan Perón en la escena política nacional, durante su
ascenso político y, por supuesto, durante su gobierno, el Partido Socialista fue uno de sus
principales contradictores. En este sentido, jugó un papel preponderante su órgano de prensa oficial, el periódico La Vanguardia, que se convirtió en el canal por excelencia de
esta prédica opositora. Una voz de barricada implacable, tendenciosa, agria, que no se
cansó de fustigar al peronismo en su conjunto, con un estilo provocador y ruidoso, no
exento de falsedades, que influyó sin dudas en la decisión del gobierno de clausurarla en
1947.
Derrocado Perón en septiembre de 1955, La Vanguardia reapareció apenas un mes
después con un discurso más agresivo y antiperonista aún que el sostenido años atrás.
Dirigida por Américo Ghioldi, un dirigente partidario emblemático en su lucha contra el
gobierno depuesto, se convirtió en uno de los medios que con más énfasis apoyó a la
dictadura militar que se instaló en el país. Así, la publicación socialista acompañó con
fervor militante el desmantelamiento del Estado justicialista que emprendieron las
autoridades de facto, con el general Pedro Aramburu y el almirante Isaac Rojas a la cabeza.
Puede entenderse que su furioso antiperonismo influyera en ello. Sin embargo, su
adhesión casi incondicional a la Revolución Libertadora – lo cual, dicho sea de paso, no
parecía representar para La Vanguardia una contradicción con su proclamada defensa del
sistema democrático- llegó al extremo de alentar públicamente un “escarmiento” para los
sublevados en junio de 1956. Es verdad que los demás diarios de la época respaldaron al
gobierno militar –también los partidos políticos- pero ninguno de ellos llegó a ser tan
explícito en su reclamo de “justicia ejemplar”. Máxime si se tiene en cuenta los ideales
que decían expresar los socialistas –y en parte expresaron hasta la aparición del
peronismo-. En otros términos, podía esperarse un acompañamiento consecuente a la represión por parte de medios de prensa tradicionales y conservadores, como La Prensa
y La Nación por caso, pero no tal vez de un medio como La Vanguardia. Frases como “se
acabó la leche de la clemencia” o “la letra con sangre entra”, marcarían por años a los
socialistas, a La Vanguardia y a su director. Es que la postura del mencionado medio ante
los fusilamientos junianos fueron un claro ejemplo de revanchismo y espíritu vengativo
que no hizo más que ahondar la brecha entre peronistas y antiperonistas.
http://historiapolitica.com/datos/biblioteca/panella1.pdf

Los primos del Bicho Bolita.



El pargo rojo.Es un parásito se cuela por las branquias del pez utilizando sus pinzas, se aferra con sus tres pares de patas anteriores y chupa la sangre de la arteria principal de la lengua. A medida que crece el parásito, la lengua del pez queda atrofiada por falta de sangre y entonces es el parasito el que reemplaza a la lengua con su propio cuerpo, aferrándose a los músculos del apendice que ha quedado de la misma. El pez es capaz de usar al parásito como si fuera su propia lengua con la característica de que ha de compartir su comida con este.
Fuente (s):
equalim.net Los primos del bicho bolita. (Búsqueda iniciada en Google)
Otra:
El parásito, pequeño pariente del bicho bolita se aloja en la lengua del pez pargo rojo; se cuela por las branquias del pez se aferra con sus tres pares de patas anteriores, le chupa la sangre de la lengua lo cual impide la circulación de sangre, esta se atrofia y el parásito cumple las veces de lengua.
Fuente (s):
www.equalium.net 12/05/2011

A mis tíos siempre a mi lado!

A mis tíos siempre a mi lado!